lunes, 15 de septiembre de 2008

LA NOVILLADA ESTRELLA...DA

Peralta 14 de septiembre de 2008

Gerardo Ortega, Orellana Perdiz/ Paco Gallego, Daniel Sotillo, Manuel Manzanares


El relanzamiento de la feria se quedó en agua de borrajas y con todo un pueblo muy cabreado por el desarrollo de los festejos. La novillada estrella fue la decepción mas absoluta y en los tendidos se vio que no tuvo más aceptación que una novillada, incluso menos. Y que cada cual piense lo que quiera... pero fueron cuatro de Gerardo Ortega inválidos, sin presencia e incluso muy, pero que muy sospechosos de pitones. Si a ello sumamos la extrema borreguez a la que ninguno de los dos novilleros se atrevió a hacer frente, apaga y vámonos. Es decir, nada de lo que vivimos con las novilladas de Dolores Aguirre y Bucaré. Los de Orellana Perdiz fueron dos sardinitas descastadas, que de no ser por el esfuerzo, las buenas maneras y la excelente cuadra que lució Manuel Manzanares hubiesen pasado de largo en esta anodina, anómala y deficiente feria que nos ha dado el Sr. Cañas. Justo será en su momento dar a cada uno lo que se merece. Y que nadie piense mal, ya lo dije antes de comenzar esta serie de críticas que sólo iba a criticar el festejo, con lo bueno y lo malo.

Abría cartel Paco Gallego que hacía su segundo paseillo en la feria, ya lo hizo la primera tarde frente a los de Bucaré, y la empresa no tuvo mejor ocurrencia después de lo vivido aquella tarde que darle la sustitución de Alejandro Enríquez. Y el público se dio perfecta cuenta. Con el primero del festejo, un becerrete abrochado, cornigacho y con los pitones alcachofados además de inválido, no hiló muletazo alguno sin enganchón previo. Con el cuarto, cariavacado, escurrido de carnes y gazapón pasó media faena en probaturas, que si me pongo que sino, que ahora hace viento que ahora se para, hasta que el respetable se cabreó y decidió que de alguna manera debían no quedar en el más absoluto ridículo, tanto él como la empresa que le dio la sustitución tras el primer petardo. Pero hete aquí la cuestión que no hizo nada, una tanda por cada pitón, fuera de cacho con el pico de la muleta sacando el "culito" casi casi fuera de la plaza. Mata de infame bajonazo.

Daniel Sotillo tuvo en suerte el lote menos malo de Gerardo Ortega, el primero un animal huidizo que supo mantener en la muleta a base de dejársela en la cara. Esperaba con la muleta retrasada al tullidito animal para alargar un poco la embestida, sin permitir enganchar y ligando los medios muletazos. Gustó al público y tras una estocada bastante baja se le concede una oreja. El Quinto fue otro cantar, más cuajado, con los pitones escandalosamente fuera de toda duda de no estar afeitado, no se confió en ningún momento. Pasó apuros con el capote, el picador le hizo picadillo, la infame lidia que le hizo el peón y el peor tercio de banderillas que nos dieron los "arponeros", quiso aún así que el animalito no claudicase en exceso para que Sotillo lo torease, cosa que no pasó ni mucho menos. Precauciones, pases de castigo y a matar. Muy mal por cierto.

Decía Rafael de Paula que: "torear es cosa de espíritu, no de facultades". Pues los de ayer, cuadrillas incluidas, no tenían espíritu pero facultades sí que debían tener pues corrían que volavan.

Y no pongo fotos para no pasar vergüenza.

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